Grounding
El ser humano evolucionó en contacto directo con la tierra, caminando descalzo y durmiendo sobre el suelo, completamente integrado con la naturaleza. Hoy en día, en nuestra era moderna se habla del «grounding» o conexión a tierra como una práctica novedosa, promoviendo ese contacto directo del cuerpo con la superficie terrestre para aprovechar su carga eléctrica natural y potenciar la salud.
Mecanismos del grounding:
La superficie terrestre mantiene una carga negativa constante debido a su abundancia en electrones libres. Cuando el cuerpo humano se conecta físicamente con la Tierra, estos electrones pueden transferirse al cuerpo, para neutralizar los radicales libres, y reducir el estrés oxidativo. Este mecanismo sugiere una potencial disminución de la inflamación y una mejora en la función inmunológica.
Beneficios sobre nuestro cuerpo:
1. Reducción de la Inflamación y el dolor
Un estudio publicado en el Journal of Inflammation Research (2020) demostró que las personas que llevaban esta práctica mostraron una significativa disminución en marcadores inflamatorios y una reducción en los reportes de dolor crónico.
2. Mejora de la calidad del sueño
La conexión a tierra puede influir positivamente en un descanso de calidad. Una investigación de 2021 en el Journal of Environmental and Public Health encontró que individuos que practicaron grounding experimentaron mejoras en la duración y calidad del sueño, atribuidas a la regulación de los niveles de cortisol.
3. Regulación del sistema nervioso autónomo
Un estudio del Journal of Alternative and Complementary Medicine (2022) indicó que el grounding puede promover una respuesta parasimpática, asociada con relajación, reduciendo así el estrés y la ansiedad.
4. Salud cardiovascular
Hacer grounding puede influir positivamente en la viscosidad de la sangre, un factor clave en la salud cardiovascular. Investigaciones recientes indican que la conexión a tierra puede reducir la agregación de glóbulos rojos, mejorando el flujo sanguíneo y disminuyendo el riesgo de infartos.
Perspectiva evolutiva y biológica
Desde una perspectiva evolutiva, los seres humanos han estado en contacto directo con la Tierra durante milenios. La modernización ha generado una desconexión, debido al uso de calzado aislante y la vida en entornos urbanos, pudiendo contribuir a un aumento en enfermedades inflamatorias y crónicas. Restablecer esta conexión natural puede ser una estrategia sencilla y efectiva para mejorar la salud general.
Conclusión
La dieta cetogénica, caracterizada por una ingesta alta en grasas, moderada en proteínas y muy baja en carbohidratos, ha ganado reconocimiento en la medicina funcional por sus múltiples beneficios para la salud. Esta dieta induce un estado metabólico llamado cetosis nutricional, donde el cuerpo utiliza la grasa en lugar de los carbohidratos, como principal fuente principal energética. A continuación, exploraremos los principales beneficios de la dieta cetogénica respaldados por investigaciones recientes.
Pérdida de peso y control del apetito
La dieta cetogénica ha demostrado ser efectiva para la pérdida de peso. Al reducir la ingesta de carbohidratos a un porcentaje mínimo, disminuyen los niveles de insulina, lo que facilitará la movilización y quema de las reservas de grasa del cuerpo. A su vez, en esa movilización de grasa, surgen como subproducto los cuerpos cetónicos que tienen un efecto supresor del apetito, contribuyendo a una reducción de la ingesta sin la sensación de hambre permanente. En cuanto a pérdida de peso, la dieta cetogénica muestra mejores resultados que con una dieta baja en grasas.
Mejora del control glicémico y sensibilidad a la insulina
La restricción de carbohidratos en la dieta cetogénica ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, lo que es especialmente benéfico para personas con diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina. Al reducir la necesidad de secreción de insulina, se mejora la sensibilidad a esta hormona, facilitando un mejor control metabólico y reduciendo el riesgo de complicaciones asociadas a la hiperglucemia. Los pacientes que siguen una dieta cetogénica, observan mejoras significativas en los niveles de HbA1c y una reducción en la dependencia de medicamentos antidiabéticos.
Salud cardiovascular
Contrario a temores infundados, la dieta cetogénica puede mejorar varios factores de riesgo cardiovasculares. Se ha observado una reducción en los niveles de triglicéridos y un aumento en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), conocido como «colesterol bueno». Estos cambios contribuyen a un perfil lipídico y a la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, la disminución de la inflamación crónica y sistémica, promovida por la bajada de la insulina, así como de la cetosis, también juega un papel crucial en la protección del sistema cardiovascular.
Función cognitiva y salud neurológica
La cetosis nutricional proporciona una fuente de energía alternativa para el cerebro, lo que puede mejorar la función cognitiva y tener efectos neuroprotectores. Este enfoque ha sido utilizado en el manejo de trastornos neurológicos como la epilepsia refractaria y se está investigando su potencial en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, con muy buenos resultados hasta el momento. La reducción de la inflamación neuronal y el estrés oxidativo son los principales mecanismos propuestos para estos beneficios neurológicos.
Reducción de la inflamación
La dieta cetogénica disminuye los marcadores de inflamación en el cuerpo, lo que es beneficioso en condiciones inflamatorias crónicas. La cetosis reduce la producción de radicales libres y modula la actividad de vías inflamatorias, contribuyendo a una menor inflamación sistémica. Esto es particularmente relevante en enfermedades autoinmunes y otras condiciones donde la inflamación juega un papel central.
Perspectiva circadiana en la dieta cetogénica
Desde una perspectiva circadiana, la sincronización de la ingesta de alimentos con los ritmos biológicos del cuerpo puede potenciar los beneficios de la nutrición en general, y más aun siguiendo una dieta cetogénica con enfoque terapéutico. Respetar los ciclos naturales de luz y oscuridad, así como los horarios de alimentación, puede mejorar la eficiencia metabólica y la salud general. La exposición a la luz solar durante el día y la minimización de la luz artificial por la noche son prácticas que, junto con la dieta cetogénica y especialmente adaptada a la latitud donde vivimos, pueden optimizar los ritmos circadianos y mejorar los resultados de salud.
El cáncer como enfermedad metabólica
La dieta cetogénica ha sido propuesta como una estrategia complementaria en el tratamiento del cáncer, basada en la premisa de que las células cancerosas dependen de la glucosa para su crecimiento, entre otros factores. Al limitar la disponibilidad de glucosa y aumentar los cuerpos cetónicos, se busca crear un ambiente metabólico menos favorable para las células tumorales. Una revisión de la literatura sugiere que la dieta cetogénica es segura desde el punto de vista nutricional para pacientes oncológicos, no implementándose aun sistemáticamente ya que se requiere más investigación para determinar su eficacia clínica para cada tipo de cáncer.
Consideraciones finales
La dieta cetogénica ofrece múltiples beneficios para la salud, incluyendo la pérdida de peso, mejora del control glicémico, salud cardiovascular y función neurológica. Integrar este enfoque nutricional con prácticas que respeten los ritmos circadianos puede amplificar sus efectos positivos. Es fundamental personalizar la dieta según las necesidades individuales, la latitud en que vivimos y los alimentos que crecen allí y, preferiblemente, bajo la supervisión de un médico capacitado en nutrición cetogénica, dado que muchas veces, hay que hacer cambios en la medicación.
Referencias
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